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Continúa violencia carcelaria en Ecuador: retienen a policías y guardias en Cuenca

Presos se amotinan contra intervenciones estatales para desmantelar bandas criminales internas. En Azogues no se ha reportado retención de personas

Un grupo de policías y guardias penitenciarios permanece retenido este jueves dentro de la cárcel de la ciudad andina de Cuenca, Ecuador. Los presos iniciaron un amotinamiento en protesta contra las intervenciones estatales para desmantelar bandas criminales internas que controlan las prisiones.

Hasta el momento, ninguna autoridad ha proporcionado información precisa sobre la cantidad de policías y guardias retenidos dentro de la cárcel de Turi, también conocida como la prisión de Cuenca. La falta de información oficial genera incertidumbre sobre la situación.

El secretario de Seguridad Pública del Gobierno ecuatoriano, Wagner Bravo, mencionó en una entrevista a la emisora FM Mundo que tanto policías como guardias penitenciarios están retenidos en la cárcel de Cuenca. Sin embargo, por razones de seguridad, no se ha revelado un número específico.

Un vídeo presuntamente grabado desde dentro de la cárcel de Cuenca se hizo viral en las redes sociales. En el vídeo, se puede ver a policías y guardias carcelarios retenidos y hacen un llamamiento al Gobierno para buscar una solución que permita su liberación.

El teniente de Policía Alonso Quintana, uno de los portavoces en el vídeo, pidió al Ejecutivo que no tome decisiones que atenten contra los derechos humanos de los reclusos.

El área alrededor de la prisión ha sido asegurada con la presencia de 400 militares y 200 policías que no han ingresado al recinto desde el miércoles.

El amotinamiento en la cárcel de Cuenca, oficialmente denominada Centro de Privación de Libertad Número 1, comenzó como una protesta contra las intervenciones de la Policía y las Fuerzas Armadas en la cárcel de Latacunga, en la provincia andina de Cotopaxi.

Amotinamiento en cárcel de Azogues
Simultáneamente, se reportó otro motín en la cárcel de Azogues, capital de la provincia de Cañar. Sin embargo, las autoridades aún no han confirmado la retención de personas por parte de los presos en este caso.

Las intervenciones en las cárceles buscan requisar armas en posesión de los reclusos y desmantelar las bandas criminales que controlan las prisiones ecuatorianas. Estas acciones tienen como objetivo detener una serie de enfrentamientos mortales entre los grupos criminales, que han causado la muerte de más de 400 presos desde 2020.

La violencia carcelaria también se ha extendido a las calles, contribuyendo a un aumento significativo en la tasa de homicidios en Ecuador en los últimos años. Este contexto de inseguridad ha afectado a diversos sectores de la sociedad, incluidos políticos y líderes judiciales.