Biden planea nominar al primer afroamericano en la historia de EU para liderar el Pentágono
El presidente electo planea someter a votación del Senado para el cargo de secretario de Defensa al general retirado Lloyd J. Austin III, quien lideró operaciones militares en Irak, Afganistán o Siria
El presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, planea nominar como secretario de Defensa al general retirado Lloyd J. Austin III, que fue jefe del Comando Central, informaron este lunes medios estadounidenses.
De ser confirmado por el Senado, Austin se convertirá en el primer afroamericano en comandar el Pentágono en toda la historia del país.
Austin, de 67 años, fue jefe del Comando Central, encargado de las operaciones en Irak, Afganistán, Yemen y Siria, la mayoría de los países en los que Estados Unidos está en guerra.
El general retirado ocupó ese cargo entre 2013 y 2016, cuando dejó el Ejército para incorporarse al sector privado.
Austin requerirá de una exención -además de la confirmación- del Congreso para ser designado como jefe del Pentágono, ya que la ley establece un plazo de siete años desde su retiro para acceder al cargo, y tan solo han pasado cuatro.
PRECEDENTE CRITICADO
Esta situación no es nueva, ya que es lo mismo que ocurrió en 2017 cuando el presidente saliente, Donald Trump, nominó al general James Mattis para ese mismo cargo. Sin embargo, entonces la oposición demócrata en el Congreso criticó con dureza el nombramiento precisamente por requerir esa exención.
Austin era uno de los tres candidatos que sonaba para el puesto junto al ex secretario de Seguridad Nacional Jeh Johnson, también afroamericano, y quizás la favorita, la ex subsecretaria de Defensa Michèle A. Flournoy.
CARRERA Y POLÉMICA
Austin ha tenido una dilatada carrera en el Pentágono y es de los pocos que ha logrado romper el techo de cristal de la cúpula militar para los afroamericanos, lo que lo ha convertido en un modelo a seguir para los soldados negros.
En 2015, Austin salió mal parado de una audiencia en el Congreso en la que admitió que el Pentágono había gastado 500 millones de dólares en un programa para entrenar a combatientes opositores sirios que no sirvió prácticamente de nada.